Por Andrea Arciniegas
•
09 ago, 2020
Estamos agotados. En los hospitales esperamos las “vacaciones” obligadas a tomar en verano por el miedo de otro gran pico y colapso hospitalario de cara al otoño. Sin embargo he de decirles como personal activo en el ámbito sanitario que estamos cansados, agotados, que el sentimiento colectivo es que a nivel mundial esto se nos fué de las manos. Las instituciones para hacer frente a las adversidades denominadas cisne negro, no están adaptadas a la realidad ni al siglo en el que vivimos. Las instituciones, los gobiernos, las autoridades sanitarias incluidas la OMS se han quedado en el siglo pasado. Se han tomado como escudo a la gente activa en el sistema sanitario para ponerla de escudo sin protección y evocando a la vocación para controlar la pandemia. El número de víctimas es incontable, como lo es el número de personal sanitario que ha caído también. Cifras que no se cuentan. Cuarentenas mal estipuladas, PCR no realizadas, serologías que en muchos casos han llegado tarde. Esta semana me tocaba a mí irme a desconectar, sin embargo es bastante complicado. Escuchas cifras en alza cada mañana, no entiendes que ha pasado en tu amada América latina, pero los centros de ocio nocturno aquí están abiertos. No lo están en Italia, no lo están en Alemania, pero si en España. Es preocupante. La gente sale de sus casas con miedo a que la próxima semana nos vuelvan a confinar. La economía va en declive y un plan económico serio brilla por su ausencia. No así las persecuciones de los impuestos para autónomos, por que este año me consta que la Agencia Tributaria no ha cerrado en agosto (como lo hacía todos los años). Vas por la calle, la gente se baja la mascarilla para hablar por el teléfono. La llevan en el codo, no hay distancia de seguridad a menos que vaya alguien organizando la gente en espacio público. A muchos se les ha olvidado que seguimos en pandemia. Y eso también se vuelve agotador. Me consta que hay mucha gente que aporta su responsabilidad dado que si no te cuidas quien lo va a hacer por tí. Me consta que hay muchos restaurantes, bares, terrazas, hoteles que lo están dando todo y se han adaptado para no sucumbir en medio de este caos. Me consta y me indigna también saber que nos han mentido con el famoso comité de expertos a nivel del gobierno central. Anda que no tenemos excelentes médicos, preventivistas, intensivistas, internistas en las cuatro coordenadas de este país que se han dejado la mismísima vida por los pacientes y que tienen mucho que decir. También con indignación he visto como el verano sigue siendo verano cerrando plantas enteras en los hospitales para no contratar personal, que a nuestros residentes se les ha puesto de carne de cañón para paliar las necesidades de un sistema obsoleto que no cuida de los suyos. Que la gente se lleva las manos a la cabeza cuando salen las cifras de médicos de abandonan el país, sin preguntarse siquiera la razón. Muy sencillo: remuneración insuficiente, jornadas agotadoras, ahogamiento del sistema tributario, imposibilidad para algo tan importante como la conciliación familiar (si, más siendo mujer, o te reduces la jornada o pides una excedencia o tienes ayuda en casa o es bastante complejo) Muchos aplausos en los balcones sin embargo es hora que los pacientes se vuelquen de verdad con sus sanitarios. He de decirles que la Telemedicina ha llegado para quedarse. Al menos como la mascarilla, por un tiempo prolongado. Que como lo decíamos en uno de nuestros PodCast ni somos héroes hoy ni villanos mañana.. y que el hecho que el médico de área, el especialista les llame y no les cite en el Hospital es para avanzar y no dejar colgada una valoración que para un paciente puede ser crucial y no, las horas de trabajo no se reducen, seguimos dando lo mejor de nosotros esas 8 horas de trabajo. Así que hoy simplemente quiero llamar a la responsabilidad tanto individual como colectiva. De esta no vamos a salir si no vamos al unísono. Nosotros cuidamos, sin embargo también necesitamos que nos cuiden, que tengan paciencia, que entiendan que esto nos ha sobrepasado. Pensaremos en positivo. Volverán los abrazos, las celebraciones, los conciertos, los atardeceres en lugares lejanos. Sin embargo ahora los necesitamos. Hay que evitar el colapso de los sanitarios, que si nos vamos de huelga, de manifestación o de negociación aflore la misma empatía con la que se salía a los balcones a las 8 de la tarde. Nosotros no bajaremos la guardia, a pesar que el sistema nos lo ponga difícil, solo necesitamos apoyarnos en la gente como sociedad. Hoy la reflexion es, estamos todos a una? No se le ha de dejar todo al universo, como lo diría un gran amigo que ya no está entre nosotros evocando también a Eduardo Galeano: Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”