Hace rato que no pasaba por aquí. He tenido palabras contenidas, ahogadas, y mi tiempo muchas veces libre escaso dedicado a un par de personitas pequeñas que han llegado a mi vida hace unos 1073 días. Un tiempo donde no nos hemos leído ni nos hemos escuchado. Donde nos han sacudido muchas olas de la pandemia y no, nunca salimos mejores, frasecita odiosa hecha para reforzar el hecho que nuestras relaciones han cambiado.
Nos hemos vuelto toscos, hemos filtrado nuestra vida tras el móvil y el maravilloso mundo perfecto de instagram y TikTok. Hemos encontrado la excusa perfecta para abandonar amistades, alejarnos de familiares , dejar de utilizar el teléfono para llamar.
El lóbulo frontal se ha deshinibido y muchísima gente ha tenido serios problemas con su salud mental.
Alimentamos nuestros niveles de cortisol con tensión y malhumor.
El mundo virtual 2.0 exige inmediatez y vidas perfectas.
A mi me dijeron en plena pandemia y pleno embarazo: “tu lo que necesites dímelo” vaya por Dios cuantas veces escuché esa frase. Suena tan bonito… sin embargo el COVID sirvió para que esa ayuda llegara de unas cuantas personas y me sobran dedos de las manos. Todo lo demás cambió. Mi vida cambió efectivamente y ser madre ha sido lo mas maravilloso y lo más duro a partes iguales. Que lo deseaba con todas las fuerzas de mi corazón, pues claro que si! que el postparto es la soledad más grande y más dolorosa y que hacer tribu hasta con tu gente cercana puede convertirse en una utopía, también.
Ay que cosa mas especial es la maternidad…
Porsupuesto. ver crecer a mi par de hijas es la cosa más extraordinaria que he vivido nunca. Amarlas hasta sentir que te estalla el corazón, sufrir hasta con la más mínima décima de fiebre, sentirte malamadre por conciliar con la guardería o preparar una ope, una tesis o un exámen en tu tiempo libre cuando se te agarran al pantalón y quieren estar contigo o jugar o besarte y que se caiga el alma a pedacitos… O pensar a posteriori que muchas cosas no han valido la pena ya que ellas crecen y a ti no se te dan las cosas que planeas… Te suena?
Madres felices que han elegido no trabajar para cuidar de sus hijos… maravilloso. no ha sido mi caso.
He sido de las del bando de trabajar en el día y cuidar en la tarde noche toda la semana y no siento que las quiera ni las conozca menos. Conozco y reconozco cada milimetro de sus sonrisas. Trabajo y me formo para darles una crianza positiva, libre de creencias, de lastres y de porquería.
Pero eso no te lo cuentan… Por que si te arriesgas a llevar un doble ritmo y te comes el cuento de madre perfecta, trabajadora del mes y la casa hecha un pincel te expones a quitarte años de vida por semanas.
No señores, no somos superwoman. No somos perfectas, personalmente no quiero serlo.
Soy la madre de… pero también soy… soy la doctora… soy la esposa y soy la amiga… aunque amigas invisibles tengo varias y las verdaderas de esas de las buenas definitivamente son pocas… La pandemia ha fortalecido muchos lazos ya a la par ha desvanecido muchos más...Amigas que hacen planes y olvidan que a lo mejor te apetecía estar ahí. Amigas que celebran sus décadas sin ti y asumen que tu maternidad o la mismísima postpandemia COVID impide asistir a un cumple de adultos o a una cena de chicas por no enumerar más ejemplos... Sin embargo somos seres humanos de carne y hueso y el vacío, la incertidumbre y la señora soledad existen y duelen cuando pasan estas cosas....
No vale el dicho de aporta o aparta..
Es verdad que las amistades hay que cultivarlas y además que pasaría si fuéramos mas tolerantes con quien ha dejado de “aportar”?... Muchas veces llegamos a conclusiones vitales como que los demás están muy ocupados, que pareciera que tiene muchos planes y no puede salir a tomar un café.. sin embargo, les hemos preguntado si les apetece hacer planes? Por otra parte, que pasaría si la persona que no aporta no lo hace dado que está pasando un mal momento, le ha cambiado la vida, o simplemente cruza por un momento vital donde a duras penas sobrevive en todo sentido cada día?
Ojalá el nuevo año nos regale más empatía y más tolerancia...
Mi tsunami vital ha pasado, he sobrevivido más consciente de no llegar a todo, de mi imperfección y de la plena convicción que la frustración de no llegar a todo es una creencia que depende de uno... sin embargo, el universo tiene en algunas ocasiones planes muy diferentes con matices distintos y en tiempos a otros ritmos... De nada sirve apurar el paso sin disfrutar el aquí y el ahora. Con la gente que en tu vida está realmente presente, que te acompaña, que es visible y ante todo que te acepta tal cual eres, sobretodo ahora tras tu supervivencia vital..
Vamos 2023 queremos swing!
Empezamos el año con fuerza al menos con muchas ganas.
Una nueva vuelta al sol.
Una aceptación de todas las imperfecciones.
Un retomar este espacio.
Nos leemos y nos escucharemos este 2023.
Buena semana.